Meditación Shamata o Calma Mental

“La mente es difícil de percibir, extremadamente sutil
y vuela tras sus fantasías tendente a posarse allí donde le place.
En verdad es muy difícil de dominar,
pero es muy bueno controlar la mente,
pues una mente domesticada es una fuente de gran alegría”.- Dhammapada

1. Introducción
2. Concepto y propósito de la práctica de Shamata
3.
La confusión y agitación de nuestra mente actual
4.
La idea central de Shamatha y una ayuda memoria
5.
Contemplando la realidad de las cosas
6. Distintas formas de Shamata
7.
Shamata con objeto
8.
Nuestra agitación mental
9.
Soltando el aferramiento y abandonando la visión dualista
10.
Práctica después de la meditación
11.
¿Qué tipo de práctica me conviene?
12.
Importancia del estudio, la reflexión y la práctica

IntroducciónLas personas ansiosas de obtener las instrucciones exactas sobre cómo meditar, pueden tentarse de pasar ligeramente o incluso saltarse aquellas referencias a temas tales como la devoción y las oraciones (del linaje, de dedicación, etc.), para enfocarse exclusivamente en la parte técnica como la forma en que se debe mantener la postura durante la meditación, pero hacer esto es perder de vista la esencia de la meditación, la cual es un sendero de múltiples elementos que conlleva una forma de ver el mundo, un método para desarrollar nuestras relación con nosotros mismos y con los demás. Para sacarle el máximo provecho a estas instrucciones, tenemos que leer cada frase como si estuviese escrita en relieve sobre la página en oro, que es la forma antigua en que algunos de los textos sagrados fueron confeccionados.Debido a que la mente convencional de cada persona es diferente, la meditación de cada uno es distinta. Por esta razón es muy importante y necesario recibir instrucciones específicas para la práctica personal. Del mismo modo, es muy importante que antes de que nos pongamos a practicar meditación, busquemos el consejo y la guía de un maestro calificado.

Concepto y propósito de la práctica de Shamata

Shamata (en tibetano “zhi-ne”) es un término sánscrito que significa calma y que comúnmente se traduce como “Calma Mental”. La palabra “shamata” quiere decir “permanentemente pacífica”, que es una expresión para describir el estado natural en que se encuentra la mente. Nuestra mente es por naturaleza gozosa, tranquila y clara. En la meditación Shamatha no estamos creando un estado de paz, sino que simplemente estamos dejando que nuestra mente se manifieste en su estado natural de calma.

La práctica de meditación de Shamata – de la cual existes distintas variantes – es una forma efectiva y a la vez suave de entrenar la mente para desarrollar fuerza interior y liberarse de las confusiones, llevándonos hacia la claridad y el entendimiento. Este camino que va de la calma al entendimiento fue seguido por el mismo Buda, y es una práctica central dentro de la meditación Budista.Manteniendo una práctica regular nuestra agitada y descontrolada mente actual, gradualmente se vuelve más tranquila y comienza a desarrollar claridad. La manera en que nuestra mente funciona se vuelve menos confusa y empezamos a darnos cuenta y a entender los hábitos de nuestra propia mente, que nos impiden alcanzar la felicidad y la liberación.

A través de la práctica de meditación empezamos a ser bondadosos y amables con nosotros mismo y con aquellos que nos rodean. Y en este sentido tenemos que tener presente que la meditación es una cuestión sumamente práctica: mientras más despiertos y concientes seamos, mayor habilidad tendremos para dar lo mejor de nosotros en nuestra vida diaria.
La confusión y agitación de nuestra mente actualTal como el Buda, a la mayoría de nosotros nos gustaría descubrir algunas verdades básicas sobre nuestra vida ¿Pero realmente somos capaces de saber o conocer verdaderamente cómo funcionan las cosas? Esta es una pregunta que se relaciona con la verdad más profunda de las enseñanzas Budistas. La respuesta del Buda es: “Sí, en último término sí podemos. Pero necesitamos emprender el camino de la meditación para averiguarlo, porque actualmente nos encontramos en un estado de completo descontrol, agitación y confusión”.

¿Cuál es la causa de esta confusión y agitación? Esta se la falta de comprensión sobre cómo trabaja y funciona nuestra propia mente.El proceso de deshacer esta confusión se basa en el cultivo de la habilidad de familiarizarnos con nuestra mente, de estabilizarla y fortalecerla. Estar despiertos, concientes y alertas de lo que está pasando en nuestra mente nos permite ver un nivel de la realidad cada vez más profundo. Con este objetivo, en la práctica de meditación, aprendemos a alejarnos un poco y a obtener una perspectiva más amplia de las cosas.El Buda comprendió que si queremos emprender cualquier tipo de viaje – no sólo uno espiritual, sino de cualquier tipo como sea estudiar una carrera o hacer negocios – necesitamos tener una mente que sea dócil. Necesitamos de una mente en la que realmente podamos confiar. Esta es la noción de “entrenar la mente”… de domesticar la mente, para que haga todo lo que queremos que haga.

La idea central de Shamata y una ayuda memoria

Siguiendo estas ideas, Shamata o “Calma Mental”, es la práctica de meditación por la cual logramos que nuestra mente sea más estable, más útil y provechosa. Desde este punto de vista, Shamatha no es una práctica únicamente para budistas, sino que es una práctica que cualquier persona puede realizar. Si queremos deshacer nuestra confusión y agitación, tendremos que hacernos cargo de aprender qué es nuestra mente y cómo funciona, sin importar cuáles sean nuestras creencias.Un punto importante a considerar es que el grado de intensidad de las emociones aflictivas generadas por nuestra mente se corresponde con el grado de sufrimiento, dolor y malestar que experimentamos.

En la práctica de meditación aprendemos cómo dejarnos estar… aquí y ahora en paz. Si logramos recordar lo que significa la palabra “shamatha”, siempre podremos utilizarla como un punto de referencia en nuestra práctica. Podemos decirnos a modo de recordatorio: “¿Qué meditación estoy practicando? Es Shamata… Calma Mental”.

Contemplando la realidad de las cosas

Al meditar, lo que hacemos es observar nuestra propia experiencia y al mundo que nos rodea de una manera inteligente. El Buda dijo que esta es la forma en que aprendemos a ver cualquier situación y comprender su verdad, su verdadero mensaje, su realidad. Podemos utilizar la claridad natural de nuestra mente para enfocarnos en cualquier cosa que queramos. Pero primero tenemos que domesticar nuestra propia mente a través de la práctica de Shamata.

Cuando el Buda dijo: “Practica shamata, descansa tranquilamente”, nos estaba diciendo que tratemos de estar en paz con nosotros mismos, que permanezcamos como un océano que en su profundidad es completamente calmo a pesar de las olas de las perturbaciones emocionales.

Distintas formas de Shamata

Todas las prácticas de shamata pueden agruparse en dos tipos:

1) Shamata con el soporte de un objeto.

2) Shamata sin objeto.

Para los que recién están comenzando es muy difícil estar simplemente en paz, descansar tranquilamente y libres de tener la mente enfocada en alguna cosa. Esto se debe a que las actividades que realizamos y nuestra forma de percibir las cosas nos hacen tener una visión dualista, teniendo que mantener constantemente un objeto en la mente que percibimos como distinto de nosotros y de otros objetos.Por ello, la práctica inicial de shamata consiste en mantener un concepto o un objeto en la mente, una sola cosa sencilla y no algo complicado o un grupo de objetos.

Shamata con objeto

La forma de shamatha más común y más practicada, es la realizada con la atención enfocada en el movimiento de nuestra respiración o en un objeto pequeño como un trozo de madera, una imagen de Buda o cualquier otro objeto pequeño. Enfocando nuestra mente en un solo objeto sencillo, evitamos distraernos con cualquier otra cosa. No estamos haciendo planes para el futuro, ni reflexionando sobre alguna situación del pasado, ni dándonos tiempo para estar molestos por esto y aquello o analizando una futura decisión sobre el amor o el odio. Por medio de concentrarnos en una sola cosa, se hace posible la experiencia de estar en paz, dando lugar a un estado relajado y agradable.

Meditar en un objeto no es examinar, analizar o pensar acerca de su forma, composición o color, sino simplemente permanecer despiertos y atentos al objeto sin distraernos con otros pensamientos.Cuando estamos observando el objeto, no debemos forzar la vista ni relajarnos demasiado, simplemente registramos su imagen en nuestra mente. Si surgen pensamientos, no debemos seguirlos ni desarrollarlos, sino tomar conciencia de ellos tan pronto como nos sea posible e inmediatamente soltarlos y regresar al objeto, concentrándonos en él.

Tradicionalmente se hace la referencia a la mente como el cielo, y a los pensamientos como nubes. Las nubes no se aferran ni manchan el cielo, sólo pasan sin dejar rastro.Para los que recién comienzan a meditar esto es algo muy difícil de hacer, ya que solemos perdernos fácilmente en la maraña de nuestros pensamientos. Por esta razón, es preferible hacer una sesión de meditación por unos pocos minutos, con una buena concentración y motivación, en vez de practicar por varias horas distraídamente, entrenándonos en el arte de la divagación mental. Podemos empezar con una práctica breve y luego ir aumentando su duración a medida que se nos hace más fácil mantener el estado de concentración.

Tilopa dijo que cuando estamos meditando, tenemos que abandonar toda actividad física y simplemente permanecer quietos y tranquilos. Deberíamos dejar de hablar y dejar de idear pensamientos, sólo dejamos la mente descansar.

Al practicar Shamata no debemos fijar la vista en el objeto de una manera forzada, ya que esto sólo nos producirá dolor de cabeza y creará tensión en nuestros ojos. Tenemos que relajarnos, dejando que nuestros ojos descansen sobre el objeto, registrando la imagen y nada más. La clave está en meditar ni demasiado tensos ni demasiado relajados. Entonces, miramos el objeto y si aparecen pensamientos en nuestra mente, tomamos conciencia de ellos, los dejamos ir y regresamos al objeto.

Nuestra agitación mental

La mente no entrenada es como un caballo salvaje. Corre lejos de nosotros cuando tratamos de encontrarlo, y se esconde cuando tratamos de acercarnos. Si logramos subirnos en él y montarlo, empieza a correr y a sacudirse, hasta que nos tira lejos en el barro.Otra analogía consiste en imaginar a un mono encerrado en una pequeña caja con cuatro aberturas, moviéndose dentro de ella sin parar. El mono saca su cabeza afuera por una abertura tras otra, tan rápida y repetidamente que para alguien que mira desde afuera parecería como si hubiera cuatro monos. El estado de nuestra mente en estos momentos se parece mucho a este mono inquieto. Nuestras mentes están ocupadas todo el tiempo, pensando constantemente. Cuando practicamos esta forma de shamatha, fijando nuestra atención en un solo objeto, nos vamos acostumbrando de a poco a este nuevo hábito. Esta es la forma en que es posible alcanzar estabilidad en un estado mental de calma, en shamata.

Comparado con un estado mental que está lleno de nerviosismo y de pensamientos incesantes, es mucho mejor estar en un estado de atención pacífica, enfocada y relajada. Hacer una sesión de meditación en este sentido es como hacer una pausa en nuestra rutina diaria, como tomarnos un descanso. Se vuelve un momento de paz y calma, de la agradable sensación de estar con nosotros mismos. Cuando nuestra atención comienza a desviarse, cuando somos incapaces de mantener un objeto en mente, nos distraemos, y la sensación de relajación también desaparece. En ese momento recordamos lo que estamos haciendo, volvemos al objeto de nuestra atención y continuamos como al comienzo, y la sensación de estar en paz vuelve a surgir.

En este punto del entrenamiento meditativo, no vaya a pensar que la fijación dualista está ausente; aún no ha colapsado. Lo que tenemos hasta el momento es un descansar relajadamente con la atención enfocada y libre de las emociones aflictivas más burdas; nuestra atención está libre de ira, apego e indiferencia. Digamos que nos estamos enfocando en un vaso con flores. No estamos ocupados en reaccionar contra las flores, en rechazarlas agresivamente aumentando nuestro desagrado, lo que sería la ira. Tampoco estamos desarrollando nuestra atracción por ellas, o pensando lo lindas y agradables que son, lo que sería el apego. Y tampoco estamos siendo indiferentes ante ellas. Pero aunque la mente esté libre de las expresiones más notorias de estos tres tipos de emociones, todavía tenemos alguna sensación de estar enfocándonos, de “yo”, “eso”, y “yo estoy enfocándome”. Mientras uno retenga este tipo de conceptos de sujeto/objeto, la
fijación dualista sigue presente. En este sentido, aún no hemos llegado al tipo ideal de shamatha, y claramente no es el estado despierto de la mente. A pesar de ello, comparado con el estado mental ordinario de perturbaciones, shamatha con objeto es algo mucho más preferible, ya que está libre del grueso de las emociones aflictivas.

Como principiantes, tenemos que mantenernos enfocados en el objeto de atención, y al mismo tiempo necesitamos tener presente que mientras la mente está fijada a un objeto, algo está faltando todavía.

Soltando el aferramiento y abandonando la visión dualista

Decidir “yo descansaré mi atención en una sola cosa” es algo muy beneficioso, pero sería incluso mejor si pudiéramos simplemente descansar nuestra atención libre toda fijación, en una abertura completa libre de cualquier punto de referencia. Este es el segundo tipo de shamatha. Mientras nos mantenemos enfocados en un objeto específico, seguimos conservando la idea de “lo otro” y “yo”, como un “yo” que se enfoca en un objeto distinto de él, existiendo todavía algún grado de aferramiento. En el Budismo, el aferramiento o la fijación a una visión dualista es considerada la causa raíz de la existencia samsárica. Por lo tanto, practicar una meditación que en cierto sentido es un ejercicio en retener la fijación dualista no puede llamarse perfecta. Así que tenemos esta piedra de tope con la que tenemos que trabajar.

Si no aprendemos el ABC en nuestros primero años de estudio, nunca podremos empezar a leer. De la misma manera, una vez que nos habituamos a la práctica de shamatha con objeto, resulta muy sencillo después, aprender a descansar tranquilamente libre de todo aferramiento y fijación. Cuando nuestra atención se conserva totalmente libre de perturbaciones, pensamientos y conceptos, libre de todo punto de referencia, y libre del aferramiento, eso es shamatha sin objeto.

Práctica después de la meditación

A medida que nuestra concentración se fortalece más y más a través de la práctica de meditación, seremos capaces de extender esta concentración natural al resto de nuestra vida diaria. Sea que estemos caminando, sentados, conversando con otras personas o trabajando, podemos aprender a evitar que nuestra mente divague. Si estamos distraídos mientras trabajamos, no podemos hacer bien nuestro trabajo, no podemos ser eficientes. Si logramos eliminar las distracciones y desarrollar una mejor concentración mental, nuestra vida mejorará automáticamente, lo que naturalmente también nos ayudará en nuestra práctica del Dharma.

¿Qué tipo de práctica me conviene?

El Buda dio muchas enseñanzas con diferentes niveles de acuerdo a las capacidades y características de las personas, de este modo debemos practicar aquello que mejor se aplique a nosotros. Tenemos que practicar según nuestras propias capacidades y aptitudes, y esto es algo que cada uno conoce. No nos ayude de ninguna forma engañarnos a nosotros mismos, pensando que podemos practicar algo que en verdad no comprendemos. Se honesto y practica de acuerdo a tu propia condición. De lo contrario, no aprovecharás bien la sesión de meditación.

Importancia del estudio, la reflexión y la práctica

El entrenamiento meditativo es lo opuesto al estado mental conceptual ordinario en el que pensamos “Yo estoy aquí, el mundo está allá”. Debido a que es tan distinto de nuestro estado mental común, es muy importante estudiar y reflexionar en orden de poder erradicar cualquier falta de entendimiento, compresiones erróneas o dudas que podamos tener sobre la visión correcta, en el sentido del correcto entendimiento de cómo son las cosas realmente. No tenemos que separar el estudio, la reflexión y la meditación, porque en su conjunto nos pueden ayudar a eliminar la falta de entendimiento, las comprensiones erróneas y las dudas.

Fuentes:

An introduction to the way of meditating by Chökyi Nyima Rinpoche
http://purifymind.com/MeditationRinpoche.htm

How to Meditate by Sakyong Mipham Rinpoche
http://www.mipham.com/talk.php?id=13

Shamatha Meditation: Training the Mind by Sakyong Mipham Rinpoche
http://shambhala.sg/Shamatha%20Meditation%20-%20Training%20the%20Mind%20-%20Sakyong%20Mipham.pdf

A Guide to Shamatha Meditation by Thrangu Rinpoche
http://www.rinpoche.com/shamatha.html

Nota: Texto compuesto por Yeshe Jungne para beneficio de todos los seres, para que puedan tener la felicidad que no conoce sufrimiento y puedan lograr la liberación rápidamente.